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Caldo de Marisco

Caldo de Marisco Gallego

El marisco fresco es uno de esos productos que no solemos tener en casa para poder comer cualquier día y que reservamos para momentos «especiales». Sin embargo hoy queremos mostraros cómo tener marisco en casa durante todo el año, independientemente del coste de mercado.

No sólo podemos tener marisco en casa durante cualquier momento del año, si no que podemos tener derivados de este con técnicas muy sencillas. Podremos así aprovechar el excedente de una compra de marisco o su propia cocción para aprovecharlo en futuros platos.

Con simples trucos de cocina podremos disfrutar del sabor del mar gallego en cualquiera de nuestros platos.

Caldo de Marisco

Obviamente intentaremos utilizar productos frescos, a ser posible gallego ya que conserva todas sus propiedades, olor y gusto completamente intacto. Sólo utilizaremos sus cabezas y cáscara de donde vamos a extraer todo su jugo.

Para potenciar aún más su sabor añadiremos pescado fresco como el rape (uno de los pesados más valorados por su carne con sabor a marisco). Además lo acompañaremos con una ligera variedad de verduras, cebolla y zanahoria.

Utilizaremos la cabeza del bogavante, las pieles y cabezas de gambas. Aprovecharemos todo el agua en el que hayamos cocido el marisco, como la de los mejillones. Con esto, estamos aprovechando toda la esencia del marisco gallego de una forma muy sencilla y realmente sabrosa.

Echaremos las cabezas y cáscaras del marisco en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva en una cazuela, mientras se van dorando, aplastaremos con un cazo para sacar el jugo, añadiremos la cabeza de nuestro rape gallego y las verduras.

Cubriremos los ingredientes con agua y añadiremos un poquito de perejil. Lo llevaremos durante una hora y media a cocción. sin embargo tras la primera cocción quitaremos la espuma que obtenemos de ella, para más tarde dejarlo de nuevo hervir.

Aprovechar el caldo

Ya tenemos nuestro caldo, pero ¿qué podemos hacer con él? Todo lo que se nos ocurra. Desde sopas de marisco y fideos, como una fideuá, una paella, etc.

No sólo podemos aprovecharlo para los días posteriores al consumo de nuestro marisco gallego como plato principal. Podemos añadir este calgdo a una cubitera y congelarlo como caldo o concentrado para futuros platos durante todo el año. Para ello, os recomendamos no incluir en vuestra receta huevos o lácteos.

De esta manera aprovechamos un producto gallego y fresco de una forma inteligente, sabrosa y sobretodo económica para una infinidad de platos.

Y tú ¿Cómo aprovechas el marisco gallego?

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